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Parece una paradoja pero nos encanta poder hacer el interiorismo de un exterior.

Recompusimos toda la fachada de la vivienda original mediante mortero monocapa. Se trata de un acabado de los de siempre pero que parece que está volviendo a usarse. El hecho de estar coloreado en masa nos evita un mantenimiento tan seguido como la pintura. También es un producto que participa en el intercambio de temperaturas y humedades del edifico ya que es impermeable del exterior al interior pero permeable del interior al exterior, por lo que deja respirar a las paredes.

Sin perder la estética original de la vivienda quitamos el antiguo suelo de rasilla y colocamos unas nuevas piezas cerámicas color terracota más impermeables y resistentes a los cambios de temperatura.

Por último buscamos el mobiliario idóneo por el tipo de vida que nuestros clientes querían tener: una zona chillout con sofá y sombrilla; y una zona más funcional para poder comer en el exterior esas preciosas noches de verano bajo las estrellas.